

Alejandro Calvillo
Dirijo la organización El Poder del Consumidor; trabajamos el tema de salud, frente a esta epidemia en el país, específicamente de obesidad y diabetes, y también trabajamos sobre los problemas de seguridad vehicular y calidad del aire.
¿Qué defiendes?
Yo lucho por los derechos de las siguientes generaciones, para conservar su territorio, derechos a respirar un aire limpio, el derecho a la salud.
La necesidad de que ocurran estos cambios es por tener una sociedad más democrática.


¿Qué te indigna?
¿Cuáles han sido las consecuencias por hacer tu trabajo?
En la defensa del derecho a la salud nos estamos enfrentando a muy poderosas corporaciones de alimentos y bebidas por un lado, y de la industria automotriz por el otro.
Ya habíamos tenido agresiones pero fueron más directas cuando empezamos a promover el impuesto a las bebidas azucaradas. Empezamos a percibir irregularidades en nuestros equipos de comunicación, en las computadoras. A mí me llegaron a desaparecer algunos archivos de mi computadora, sufrí algunas interferencias telefónicas muy claras en momentos muy claves.
También recibí mails y mensajes SMS que venían acompañados de amenazas; lo decimos como amenazas porque uno de los mensajes decía “Alejandro, acaba de salir una nota en Proceso donde te mencionan, ve, se está viralizando”, con un enlace. Se tomaron las imágenes, se enviaron a Citizen Lab en la Universidad de Toronto y se encontró que era para tratar de incrustar un sistema de espionaje en nuestros teléfonos celulares, de un malware conocido como Pegasus producido por una empresa israelí que se llama NSO Group. Esa empresa israelí establece que ellos únicamente venden a gobiernos estos sistemas.
No creemos que llegue a ninguna comprobación porque en las denuncias que presentamos ante la Procuraduría General de la República (PGR), lo único que se ha podido comprobar que es la propia PGR la institución que ha comprado este sistema de espionaje.
Después se hicieron públicas otras denuncias entre periodistas y organizaciones civiles que recibieron el spyware con amenazas; entre ellas, Carmen Aristegui, Carlos Loret de Mola, Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad, el Instituto Mexicano de la Competitividad, está el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

¿Qué te motiva?

¿Qué te impulsa para seguir en la lucha?
Las presiones de la industria son fuertes y te hacen perder las esperanzas de que puedas lograr algo. Contamos con apoyo internacional, cuando fue lo del espionaje, por ejemplo, uno de los científicos escribió una carta y fue firmada por una lista de colegas súper importantes e instituciones alrededor del mundo pidiendo una investigación efectiva; entonces dices “no estamos solos”.
Ver los logros de otros colegas en otras partes del mundo me hace pensar “no estamos solos”. Son unas grandes batallas con estos poderes económicos y ahí es donde yo encuentro la esperanza.
“Los problemas que enfrentamos en México son el conflicto de intereses, es decir, que la gente sirva, desde funcionarios públicos hasta legisladores a los intereses de la industria y no a los intereses comunes”.
