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Mujeres Periodistas en México

María Márquez

Melina Zurita Periodista

Mi nombre es María Antonia Márquez, soy madre de Nadia Muciño, víctima de feminicidio en el Estado de México. A Nadia la asesinó su expareja, Bernardo, con quien tuvo tres hijos que han estado a mi cargo desde entonces. En un principio, se quiso hacer pasar el feminicidio de mi hija como un suicidio. Autoridades de distinto nivel actuaron con negligencia para garantizar la impunidad de Bernardo y el Matute, su primo, quien fue cómplice en el asesinato.

Verónica Caporal

Teresa y Claudia

Soy de formación Antropóloga Social, política, ideológica y éticamente feminista. Desde hace 25 años he trabajado sobre violencia contra las mujeres y las niñas en diferentes temas y contextos como situación de calle, consumo de sustancias, construcción de ciudadanía en comunidades, violencia al interior de la familia y trata de personas con fines de explotación sexual. He realizado investigación y peritajes antropológicos con perspectiva de género para víctimas de trata. Soy investigadora, activista y tallerista.

¿Qué defiendes?

Yo vengo de una familia dominante patriarcal donde había violencia psicológica, donde a las mujeres no se nos permitía salir, donde tenías que hacer el trabajo doméstico. Yo me enfrenté a la injusticia desde mi condición primeramente de género. No es normal que te traten así, no es normal que tengas miedo, no es normal que tengas que recoger lo que otros tiran o resolver lo que otros tenían que resolver.

Desde que trabajé con chavas en las calles decidí que mi trabajo iba a ser primero con mujeres y después entendí que era en defensa de las mujeres. Al principio, sólo sabía que eso no tenía porqué pasar, que las condiciones no eran iguales para hombres y mujeres, que si eras pobre o estabas en una situación de vulnerabilidad era más jodido todavía para una mujer que para un hombre, y que había que reflexionarlo y concientizarlo. – Verónica Caporal

En todo este caminar, he conocido varias mujeres que han sufrido violencia y a las que yo les hablo del caso de Nadia, incluso he hablado con psicólogos, dependencias de gobierno, el Instituto de la Mujer, para sensibilizarlos. Lo poco que he vivido me ha servido para saber que podemos exigir nuestros derechos. No sé los argumentos legales pero sí sé cuáles son mis derechos y cuáles son los derechos de los demás, entonces he acompañado a varias señoras que están en situación de violencia o que sus hijas han sido víctimas de feminicidio. También he acompañado a las excavaciones de las fosas para la localización de cuerpos en Chimalhuacán y Veracruz. – María Márquez

¿Cuáles han sido las consecuencias por tu labor?

Anteriormente, vivíamos muy cerca de la familia de los asesinos y era sumamente complicado porque sufríamos el acoso por parte de toda la familia, salíamos a cualquier hora y ellos estaban estacionados, incluso frente a nuestra casa. Era un seguimiento intimidatorio a todos lados. Después, yo tuve más temor por los muchachos, porque tenían que irse a la escuela. La familia de Bernardo, la expareja y asesino de Nadia, tiene microbuses. En una ocasión acompañé a mis nietos a la parada para que se fueran a la escuela, les aventaron un microbús y los trataron de atropellar; eso me dio mucho miedo.

Yo le comenté a mi esposo “¿sabes qué?, tenemos que irnos de aquí porque están en riesgo los muchachos”. Siempre estaba con la angustia de que les fuera a pasar algo malo. Entonces, decidimos irnos porque ya no soportaba el acoso a mi familia. Eso quiere decir que hay que volver a iniciar, adaptarse a esta nueva vida, nuevos vecinos, nueva escuela. Para los muchachos ha sido muy complicado.

Eso ha repercutido económicamente, hemos tenido que vender nuestras cositas para irnos a otro lado, nuestro patrimonio cada vez se ha ido haciendo más chiquito. En el trabajo, a mi esposo sí le ha repercutido bastante porque tenía un taller mecánico entonces otra vez tiene que volver a crear la clientela.

María Márquez

Las  más directas contra mí fueron estar siguiéndome, estar fuera de mi casa, ver hombres tomando fotos, hacerme saber que estaban ahí. Es como atarte de manos de manera simbólica, el que sepas que hay un riesgo afuera de tu casa y no saber qué van a hacer, si te van a seguir, si te van a ver.

Particularmente, un día salí a pasear al perro y un tipo se paró en frente de nuestra casa, movía la cabeza como asintiendo y se reía; el reírse era como decir “yo tengo el control, yo estoy afuera, sé en dónde estás, sé que estás haciendo”. Te quedas con la incertidumbre de si en algún momento va a pasar un carro o va a llegar alguien y va a hacerte daño a ti o a las personas que tú quieres.

Por eso decidí salir de mi casa y estuve desplazada durante 5 meses, una semana  me quede en un hotel que me dio resguardo por parte de la Procuraduría. Se levantó el acta y entré inmediatamente al Mecanismo de Protección de Personas Defensoras y Periodistas. Lo que me decían en el mecanismo era que yo traía varias líneas de riesgo; muchas veces en los periodistas es una porque es por un trabajo que están haciendo, pero en mi caso tenía como cinco diferentes por mi investigación.

Verónica Caporal

¿Qué te motiva?

María Márquez

El recuerdo de Nadia me da la fuerza para continuar luchando por justicia. También el que nos apoyamos mucho los familiares de otras víctimas de feminicidio que nos hemos conocido.

A mi familia, a mis hijos y a mis nietos les digo que para mí lo más importante no es el techo, el trapo o las cosas materiales, para mí lo más importante son ellos y ahora entendí que, para que estén bien ellos debo de estar bien yo también.

Al exigir justicia por mi hija, he tenido la fortuna de conocer a muchas madres de víctimas de feminicidio, nos hemos fortalecido, nos hemos apoyado, acompañado con varias madres del estado de Veracruz, del estado de Puebla y también con varias madres de aquí del Estado de México, hemos hecho fuerza común para exigir nuestros derechos.

Verónica Caporal

Yo estoy convencida de que las mujeres tenemos derechos, y no sólo hablo de los derechos fundamentales; para mí los derechos humanos no tiene que ver con comer o tener donde dormir, un trabajo, educación o salud esos. Esos son los derechos que tenemos todos hombres y mujeres. Cuando hablo de derechos humanos, hablo de que las mujeres tenemos derecho a caminar tranquilas sin que nadie nos violente, que tenemos derecho a ser felices, a sentirnos bien con nuestra condición de ser mujeres. Muchas mujeres no nos hemos sentido bien con el hecho de ser mujeres, hemos tenido que hacer una deconstrucción de eso, eso es lo que a mí me ha inspirado.

“Tenemos esa capacidad del cambio. Si tenemos esa claridad podemos cambiar las cosas hacia algo bueno”.

Esta campaña se ha realizado con la ayuda financiera de la Unión Europea. El contenido es responsabilidad exclusiva de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, A.C. y Propuesta Cívica A.C. y en modo alguno debe considerarse que refleja la posición de la Unión Europea.